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SYLVIA MOLLOY: LENGUA Y ALGO MÁS

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  En julio se cumplirá un año de la partida de la escritora, ensayista y profesora argentina. Podría pasarme esta nota hablando de la prolífica trayectoria de la autora, sobre todo porque particularmente siento que debemos cada vez más, en estos tiempos, recalcar la vida de aquellas mujeres profesionales que se destacaron y se destacan en su ámbito. Sin embargo, esta vez, las siguientes líneas solo van a versar sobre la lengua y el modo en el que nos transforma y nos otorga una identidad. Sylvia Molloy fue una brillante escritora trilingüe imposible de categorizar: era novelista, ensayista, crítica, e incluso podemos decir que inventó el género de la autobiografía. Estas palabras intentarán esbozar una imagen de la autora sobre uno de sus rasgos más importantes. Primera lectura Vivir entre lenguas es una recopilación de las vivencias de la autora tal como ella se denomina en su calidad de bilingüe o trilingüe. La obra va marcando las etapas de su vida, indicando cómo la lengua cambia,

Jean Luc Godard - Más allá del cine

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Cuando me llegó esta tarea, tenía miedo, porque a pesar de que me gusta el cine y ver películas, nunca había visto algo del director francés. Entonces me pregunté: ¿Es necesario ver la obra de alguien para escribir sobre él? Con ese interroganteesa pregunta en la cabeza y, repito, sin haber visto ninguna de sus obras, me puse a investigar sobre el director, sobre su vida y obra. Mi , con el propósito erade darle otra mirada, distinta a la deque pudiera dar un crítico de cine, analizarndo su condición, la de ser humano.  MeEs cuando me di cuenta de que es importante hablar de la persona y sus convicciones, más allá de su trabajo. Por eso, en las siguientes líneas voy a dedicarme a ahondar más en su vida que en su icónica obra.  Jean Luc Godard nacióNace el 3 de diciembre de 1930. Su padre era médico y su madre provenía de una familia de banqueros suizo. Cuando regresa a Francia para sus estudios universitarios comienza en la Soborna iniciándose en Antropología, la que abandona por s

Libertad

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El viento golpea con fuerza mi ventana, me siento y asomo la cabeza, veo que los pájaros vuelan. Deciden emigrar al sur cuando el calor golpea. Las olas atacan la costa a su antojo. La flor del jardín cierra sus pétalos al anochecer. Entonces, pienso en cada ser que camina por la tierra, decidiendo qué hacer  y eso es lo que yo quiero de mi vida ser mi propio dueño

CARTA PARA NADIE

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Desperté una mañana sabiendo que te amaba, no puedo discernir cómo empezó, en lo profundo de mi ser tengo presente que ese sentimiento siempre estuvo pero que el solo verte hizo que ardiera en mí el fuego que pensé extinto, e hizo crecer esa obsesión mal sana. Al principio todo parecía obra de la cruel nostalgia, que me atormentaba una y otra vez, diciéndome que las cosas hubieran sido diferentes si yo hubiera sido diferente. Al verte, comprendí que no era la nostalgia que hablaba por mí, si no que ella era mi excusa para negarte, negar ese ardor que siento con solo pensarte. Traté de reprimirlo, intenté acercarme engañandome, pensando que eso solo se esfumaría, que el volcán que encendía me pecho se apagaría de la noche a la mañana. Fue en vano. No pude construir en dos meses el cariño que hubiera podido existir si lo cuidara en diez años. Mirá como con ingenuidad mi subconsciente alberga esperanza de que alguna vez me quisieses.  Cuando escuchaba tus penas, maldecía para mis adentros

Noche

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Eran las tres de la mañana, el sonido fuerte del impacto contra la ventana me despertó. Abrí mis ojos, pero todo seguía oscuro. Encendí la lámpara de cerámica que había en la mesa de luz. La habitación, ahora iluminada, tenia mi cama en el medio, el placard en una esquina con las puertas abiertas, mis libros en el piso, sobre la alfombra que me había regalado la abuela. La puerta que separaba mi habitación del resto de la casa estaba cerrada. Miré hacia la izquierda, luego a la derecha, confirmé que solo había sido el viento, me dormí.  Eran las tres y quince, tiraron algo contra la puerta, me senté rápidamente y prendí la luz, pero no había nada, sin embrago algo había cambiado. No sé qué era, mis libros seguían ahí, al igual que la alfombra  mi ropa, entonces abrí el cajón de la mesita para ver si mi reloj seguía ahí, y sí, ahí estaba. Miré hacia la derecha y luego a la izquierda, nuevamente,  y me dormí.  Eran las tres y media, y me gritaron fuerte en mi cara ¡No está más! Prendí la

Las Hijas

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  Las Hijas  Sajkim.  El trece de diciembre de mil ochocientos veintiocho, en la localidad de Navarro, el  general Lavalle, a pesar de haber perdido la batalla, luego de que dos oficiales capturaran al  coronel Dorrego, ordenó su ejecución, su fusilamiento propiamente dicho. En un corral,  detrás de una iglesia, ocurrió el acontecimiento que desencadenaría una guerra civil que  duraría años. El nueve de octubre de mil ochocientos cuarenta y uno, una bala federal  asesinó al general. A ambos le sobrevivieron sus esposas e hijos.   Lo que sigue es el fragmento de lo que dos mujeres pudieron haber dicho o sentido,  ante la tragedia que las encontró de muy pequeñas.   La caridad, así como el odio, son armas poderosas, ambas pueden llegar a consumir  la vida de un ser humano, ya sea si se quiere redimir a un hombre de historia, como si se  quiere condenar a alguien por un crimen atroz.   La escena transcurre en los últimos minutos de reflexión de Dolores e Isabel.  Dolores. Mi padre. Mi pad

La Dama de Plata

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Había una vez, un gran reino llamado Illia, se encontraba a las orillas del mar Tito, nombrado así en honor a un viejo rey que caído había en una cruenta batalla contra una malvada bruja, rodeado de hermosas playas, con agua cristalina como espejos, incluso magos de recónditos lugares solían decir que aquel que se adentrara en sus aguas vería el reflejo de su alma. La arena era blanca, como si de polvo de hueso estuviera hecha. Había altas palmeras, que vistas desde el suelo parecían que al cielo tocaran. El reino contaba con un enorme puerto, en el cual anclaban toda clase de barcos mercantes, pues la zona era rica en especies de animales marítimos y terrestres, la vegetación era tan exótica que los comerciantes como decoración inclusive las vendían, existían flores con enormes poderes curativos, otras que lograban embellecer cualquier clase de cosas. Las casas de los aldeanos una al lado de la otra se encontraban, y entre tres o cuatro pisos tenían, todos con lujo vivían, no menos de